Ayer quise escribirle una carta al presidente, me senté en mi escritorio, acomodé toda la batería de recursos para poder escribir, tenía la inspiración, tenía la buena intención y el tiempo necesario.
Empecé por dirigir la carta;
Excelentísimo Señor presidente de la República del Perú
Señor Profesor “&=?x* no salía nada más, no me daba la mano para poder escribir su nombre, imposible, era aterrador tratar de escribir pero la mano no obedecía, como soy hombre de pelo en pecho “dije” me voy al parque , veo las flores, el pasto verde, los árboles con los pajaritos cantando, por lógica eso me debe de calmar y darme la fuerza para empezar a poner un nombre.
De regreso a mi escritorio frente al papel con la pluma en la mano y con la fuerza de la naturaleza, sentí todo el poder inspirador en la mano y a la escritura, me aboqué ¡pero Nada de Nada¡ era tan fuerte el repudio que opté por buscar otra solución.
Luego de una meditación tipo Yoga Oriental Tercer Mundista, concluí “Barriga Llena Corazón Contento” me subí a un microbús rumbo a un hotel, para optar por un Desayuno Buffet, comí todo de todo y hasta lo que no había, regresé a mi casa pero esta vez en taxi ya que con barriga que me explotaba era peligroso subir a un microbús. Sentado ante el papel solo podía ver la madera sobre la cual está apoyada la pluma fuente, pero mi mano se negaba a estirarse para tomarla, los esfuerzos que hacía eran parecidos a los de una parturienta, pero Nada de Nada.
Sentado nuevamente en mi sillón, me dije ¿acaso es más fuerte un pedazo de papel y una pluma que yo? No, eso no es posible, piensa hombre de Dios, piensa, estoy pensando (/&)=?_;¨
Aleluya, de tanto pensar me canse y me fui a la playa, un baño de mar, el golpear de las olas, el sonido de su fuerza, las gaviotas y la mujeres en bikini me dieron la fuerza suficiente para regresar con mayor ímpetu a mi tarea de poder escribir una carta.
Me duché al llegar a casa, me cambié, para no tener ningún rasgo alguno de olor identificable con intento alguno de escritura anterior. Con la fuerza inspiradora de “Neptuno” dios romano del mar, me fui directo manos a la obra.
Pero para decepción horrorosa, no podía escribir Nada de Nada.
Ya cansado e impotente de poder escribir en la forma clásica, respetuosa y formal, decidí escribir la CARTA EN FORMA POPULAR:
Mi querido zambito
Ya sé quién eres y que representas
Caramba que fluido me salía todo, mi mano se disparaba en escribir, mi mente generaba ideas negativas, pero al final eran ideas, luego de dos horas de escribir logré terminar la carta.
Le enseñe la carta a mi esposa, ella me miró, sonrió y la rompió. Pero con cariño me dijo solo con los ojos, No…lo que NO SALE NO SALE.
Ahora me encuentro como pez fuera del agua, no puedo respirar, pero estoy vivo.
Al final tal vez me dije ¡cómo no sabe hablar, de repente no sabe leer, un consuelo de tonto, pero ¿Seré un tonto optimista?
Y qué…todos somo humanos y algunos no lo son.
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